La irrupción de las tecnologías de la información y la comunicación ha transformado radicalmente el mundo laboral, difuminando cada vez más los límites entre la vida profesional y personal. Ante este nuevo panorama, la legislación ha reaccionado estableciendo el derecho a la desconexión digital, un derecho fundamental que busca garantizar el descanso y la conciliación de la vida laboral y personal de los trabajadores, recogido en normativas como el Estatuto de los Trabajadores y la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales.
En este artículo vamos a estudiar qué es la desconexión digital, sus beneficios y cómo deben aplicarlas las empresas.
Más que un derecho: La Desconexión Digital, una necesidad para tu bienestar
La reciente aprobación de desconexión digital marca un antes y un después. Ésta se recoge en el artículo 18 de la Constitución Española, imponiendo límites para garantizar la intimidad de los trabajadores.
Además, la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos y Garantías de los Derechos Digitales afirma que la desconexión digital es una posición indispensable en el ámbito laboral, donde el trabajador tiene derecho a disfrutar de su descanso desconectando del móvil y otras vías comunicativas.
¿Qué es la Desconexión Digital?
Básicamente, la desconexión digital es el derecho que tiene cualquier empleado, incluido los cargos directivos, independientemente del tamaño de la empresa, de no conectarse a softwares corporativos (Teams, WhatsApp…) o dispositivos electrónicos o videollamadas y, además, no contestar a comunicaciones relacionadas con el trabajo fuera de su jornada laboral.
En España, el Estatuto de los Trabajadores establece que la jornada laboral no debe excederse de 40 horas a la semana (9 horas diarias como máximo, excepto si el convenio señala otro tipo de distribución horaria). De manera que, además de las vacaciones y/o bajas laborales, las horas restantes son tiempo de descanso; entre las que se incluyen:
- Pausa diaria de 12 horas entre una jornada diaria y el comienzo de la siguiente. Es decir, si el horario de un trabajador es de 8h-17h, tiene derecho a desconectar de los dispositivos y no está obligado a responder desde las 17h hasta las 8h del día siguiente.
- Mínimo de 15 minutos de pausa cuando la jornada supera las 6 horas.
- Mínimo 1 día y medio de descanso de forma ininterrumpida por semana.
- 14 días de fiestas laborales.
- Permisos o excedencias justificadas.
¿Qué implica la Ley de Desconexión Digital en la gestión de talento?
Esta normativa establece una serie de obligaciones para las empresas, especialmente para aquellas que se encuentran dentro del ámbito de aplicación de la Ley de PYMES, entre las que destacan:
- Derecho a la desconexión efectiva: Los trabajadores tendrán derecho a desconectar de las herramientas comunicativas de trabajo fuera de su jornada laboral, sin que ello les genere perjuicios o represalias, tal y como se recoge en el Estatuto de los Trabajadores.
- Formación y sensibilización: Las empresas estarán obligadas a formar a sus empleados sobre el uso responsable de las tecnologías y la importancia de la desconexión digital, en línea con los principios de buena gestión empresarial y Compliance.
- Control de la actividad laboral y revisión de procesos internos: Las empresas deberán revisar sus procesos internos y adaptar sus políticas de Recursos Humanos para garantizar el cumplimiento de la nueva normativa, lo que puede implicar modificaciones en la gestión del tiempo de trabajo y la organización de las tareas, en consonancia con la Constitución española y la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales.
- Inversión en tecnología: La implementación de herramientas tecnológicas que permitan un control flexible de la jornada laboral y faciliten la desconexión digital será fundamental para optimizar los procesos de gestión empresarial.
- Cambio cultural: La cultura organizacional deberá evolucionar hacia un modelo que promueva la conciliación y el bienestar de los empleados, en línea con los principios de buena gobernanza y Responsabilidad Social Corporativa.
¿Cómo deben prepararse las empresas para este escenario?
Para afrontar los retos que plantea la desconexión digital, las empresas pueden adoptar las siguientes medidas:
1. Realizar una auditoría de los procesos: Es importante evaluar los procesos actuales para identificar posibles incumplimientos de la normativa, tanto a nivel laboral como en relación con la protección de datos.
2. Elaborar una política de uso de dispositivos: Definir claramente las reglas sobre el uso de dispositivos móviles y correo electrónico fuera del horario laboral, con un documento que defina las reglas de este derecho, teniendo en cuenta las especificidades de cada sector y el marco legal aplicable, como la Ley General Tributaria.
3. Formar a los responsables y a empleados: Capacitar a los responsables de recursos humanos y a los mandos intermedios sobre la nueva normativa y sus implicaciones, así como en materia de Compliance y gestión del riesgo. Así como sensibilizar a los trabajadores sobre dicha importancia y proporcionarles las herramientas necesarias para gestionar su tiempo de manera eficiente.
4. Establecer canales de comunicación: Crear canales de comunicación abiertos para que los empleados puedan reportar cualquier situación de incumplimiento, como el Sistema Interno de Información.
5. Promover una cultura de equilibrio: Fomentar una cultura organizacional que valore el bienestar de los empleados y promueva la conciliación de la vida laboral y personal.
Las sanciones por el incumplimiento de la Desconexión Digital
El incumplimiento de este derecho de Desconexión Digital puede acarrear una serie de consecuencias tanto para la empresa como para los responsables directos. Estas sanciones pueden variar dependiendo de la legislación específica de cada país y de la gravedad de la infracción, pero en general pueden incluir:
- Sanciones administrativas: Multas económicas, que podrían ser significativas, fundamentalmente para las grandes empresas.
- Responsabilidad civil: Indemnizaciones por daños y perjuicios a los trabajadores afectados, que pueden incluir el pago de salarios atrasados, daños morales, etc.
- Responsabilidad penal: En casos extremos, como la vulneración grave y reiterada de los derechos de los trabajadores, se pueden abrir procedimientos penales contra los responsables.
- Daño en la Reputación: La publicidad de un caso de incumplimiento puede dañar gravemente la reputación de la empresa, lo que puede traducirse en la pérdida de clientes, de inversores y de talento.
Además de sanciones, ¿hay más consecuencias para empresas?
Si bien el incumplimiento no solo repercute en consecuencias legales, también puede promover otro tipo de implicaciones negativas para la empresa:
1. Un ambiente laboral en el que no se respeta el derecho a la desconexión puede generar un aumento de estrés, ansiedad e insatisfacción laboral, lo que a su vez puede llevar a un mayor absentismo y rotación de personal.
2. La sobrecarga laboral y la falta de descanso pueden afectar negativamente a la productividad, ya que pueden disminuir su concentración y su capacidad para tomar decisiones.
3. También puede generar un clima de desconfianza y hostilidad entre la empresa y los trabajadores, lo que puede dificultar la colaboración y la comunicación, afectando así al compromiso con la empresa.
En definitiva, la Desconexión Digital representa un avance importante en la protección de los derechos de los trabajadores. Las empresas que se adapten a esta nueva realidad no solo cumplirán con la ley, sino que también podrán mejorar su imagen de marca, aumentar la productividad y reducir el absentismo.
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